jueves, 25 de marzo de 2010

La chica teñida de rojo


Bueno como dicen nueva semana, nueva historia.

En el transcurso de esta semana estuve preguntándole a personas conocidas: amigos, familiares y profesores sobre momentos vergonzosos que hayan pasado. Al final recopile un Coloraso que en lo personal me pareció bastante loco, por lo que decidí que fuera mi publicación de esta semana. Espero que les guste
.

Esta amiga me cuenta que hace un tiempo atrás conoció a un muchacho, el cual le gustaba mucho y para su sorpresa el también parecía interesado en ella puesto que la invito a salir. Ella encantada acepto y como era un día especial ella se arreglo, se puso una minifalda y el mejor hilo de su colección de ropa interior.
Hasta ahora todo marchaba bien, lo malo llego después, cuando se sentaron a hablar en las banquitas del centro comercial. En ese momento, sin esperarlo ya que su ciclo menstrual era muy desorganizado, la amiga que llega cada mes apareció. Ella se sentía extraña, pero como nunca sentía dolores no estaba segura si se trataba de eso, así que le pidió a su amigo que la acompañara al baño. Para su mala suerte ya era demasiado tarde porque se le había pasado a su enagua y en el camino a los baños le había empezado a bajar por las piernas. Ella cuenta que caminaba tan rápido como podía, observando como las personas y su amigo se le quedaban viendo.
Cuando llego al baño se cambio y se limpio a como pudo. Al salir del baño, sin decir nada, su amigo la acompaño a tomar un taxi, el trataba de caminar tras ella para que las personas no vieran tanto su enagua teñida de rojo, aunque era casi imposible.
A final de cuentas ella quedo muy agradecida por el apoyo de él, pero nunca más volvieron a salir.

Ahora ella no quiere ni recordar ese día, ya que si fue un verdadero coloraso el que se llevo.

atte: La chica teñida de rojo

2 comentarios:

  1. UYYYY!! q horrible enserio!! No con solo imaginarlo me da verguenza a mi! Por cierto me gusto su blog, es entretenido!

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  2. Eso es lo peor que le puede pasar a una mujer. ¡Qué vergüenza!

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